SEÑORA

 
Señora, viste deslumbrante,
luce bella, toda un encanto,
sus diamantes bien puestos
con su precioso manto.
 
Entra la noche y, usted,
en su caminar sólo emana
su verdadera hermosura
cuan elegancia y dulzura.
 
Señora, cada noche salgo a mirar
su belleza eterna y etérea,
doquier que va en su caminar,
quien dijera no es sidérea.
 
Tan brillante que todo alumbra,
aún en ese mar obscuro,
sus diamantes, cada uno,
caen sobre su manto, Señora Luna.
 
Sylvia Sanchez
©® 2013